La mañana que nací, Marta Angela casi tiene que irse sola al hospital. Hector Angel, que siempre fue un tipo muy festivalero y alegre, estaba con ella en pleno carnaval. Pero daba penita irse. Es que según cuenta la historia y el anecdotario familiar, se estaba tan lindo que dolía supender la fiesta. Esperaron hasta último minuto, bailando y riendo. Cuando se hizo ya inevitable la partida, fueron TODOS los presentes (amigos, no tanto, conocidos y curiosos) rumbeando en caravana a recibirme. ... hoy tengo 36 años. No creo que haya diferencias notables con respecto a los 35; pero si las hay, que sean para mejor carajo. Que de palos ando dolido.
Comentarios
hay cierta identificación que encontré en algunas de tus palabras...y eso está bueno
adio
SHOCK!!! jaja
un saludo.
y sí,coincido en que hay bastante de resignación en mí...
vivo en una ambivalencia que se mece entre el miedo y el amor.lo reconozco absolutamente
gracias por pasar
y estoy a la espera de una nueva lectura en tu espacio...
Saludos!!!!!