No hay que andar lastimándose al divino gas.-
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Nos vamos muriendo de a poco. Frase armada y dicha mil veces y de mil modos distintos no? Nunca he sido demasiado original. Como en un zoológico, venimos a ser monitos. Desesperados tras la jaula mientras Destino/Realidad/Muerte nos tiran pedacitos de comida y nos señalan. Mira mira a ese que esta ahí en la esquina. Sí sí el peladito. A ese tirale un pedacito de tomate podrido. Total come cualquier cosa. Y el pelado come tomate podrido. Entre otras cosas. Pero a veces de tanto revolver entre la mierda saca un pedacito de atún. Las pequeñas cosas son las que nos matan. Lentamente. De a pasitos. Morimos esperando la llamada que no llega. No cinco minutos tarde. No una hora. NO LLEGA. El NO es tan persistente como el agua. Nos golpea hasta perforarnos. Y cuando logró entrar, se instala y nos va inundando. De a poco, que el sufrimiento es mejor si dura mas. Puteamos al destino, nos desangramos. Y seguimos pa' delante con la cabeza apuntando a los pies. Tercos por naturaleza o ceguera. ...
Comentarios
En fin, a mí el alma me duele barbaridades, y por eso me invento síntomas entendibles para racionales. Funciona perfecto. Si alguien me pregunta qué tengo, puedo decir "reflujo", en vez de "silencio forzado". Así, me encajan una pastilla para los jugos gástricos y yo me la tomo, como si otras aguas no se desbordaran más.
No importa lo que dije, catársis ponele.
Besos, Sr.